1. ELEGÍ UN MAL MOMENTO PARA DEJAR DE FUMAR
Titulo: Me pillas en mal momento
Elegí un mal momento para dejar de fumar. Nada más despertarme te vi ahí sentado, al borde de la cama, como si el mundo hubiese dado una vuelta completa esa noche. A mi estúpida pregunta contestaste un "Tengo una amante" y te encendiste un cigarrillo. Sin decir una palabra, me levanté y fui al baño. Me lavé los dientes. Me dí una ducha y juré que no ibas a joderme otra vez. Cogí el paquete de tabaco. Uno a uno, destrocé todos los malditos cigarros, los eché al inodoro y tiré de la cadena. Cuando salí ya no estabas. Solo quedaba un rastro de humo. Abrí la ventana. El humo se fue tras de ti. Bajé al estanco. Compré un paquete de tabaco. Encendí un pitillo. Sí. No elegí un buen día para dejarlo.
(otra versión, no presentada a concurso)
Elegí un mal día para dejar de fumar. Siempre sucede. Elegir no es una tarea sencilla. El momento es crucial para que todo fluya como te lo has imaginado. Hoy, las circunstancias no me acompañan en esta ardua tarea de abandonar los cigarros que suplen tu ausencia. Pensé que, ahora que prácticamente estabas en el olvido, podría también olvidar el tabaco y empezar de nuevo. Sonó el teléfono y tu voz me trajo nuevamente toda esa montaña de recuerdos amontonados, de golpe. No era necesaria tu llamada. Ahora necesitaré otro siglo más para poder olvidarte. Saco un cigarrillo y comienzo una nueva etapa. Me preguntan si quiero la habitación de fumadores. Digo que sí. Subo y me tumbo en la cama, mientras te espero.
2. ... ACABÉ EN LA CAMA CON TRES DESCONOCIDOS.
Título: Soledad esquiva
Es sábado y aquí estoy, tumbada en el sofá del salón, viendo la televisión para intentar pasar el rato y no pensar. Habíamos quedado para salir y, de repente, un mensaje tuyo me anuncia algo que ya intuía. Estas agobiado. Pienso que es una manera sutil de decirme otra cosa. Este programa es insoportable. Decido salir sola. Enfrentarme a ese reto que me da tanto miedo. Me arreglo. Me maquillo y me voy. En el café están haciendo un concierto de jazz. Me pido un cubata. Un chico se acerca y se pone a hablar conmigo rompiendo esa soledad que tanto temo y necesito. Tomamos otro. Y otro. Cuando me doy cuenta estoy en una habitación que me da vueltas. No estoy sola. No consigo estarlo por más que la vida me pide a gritos ese espacio. Entonces pienso que es la soledad la que rehuye de mi. Me lo demostró esta noche. Acabé en la cama con tres desconocidos.
3. TELEGRAMA. BOXEADOR.
Título: Mensaje del más allá
Llaman a la puerta. Quién puede ser a estas horas. El cartero me contesta anunciándome que trae un telegrama para mi. Creía que ya no existían estas formas de comunicación en esta era de la inmediatez. Del ya mismo. Del ahora. De la impaciencia y las prisas. Del tiempo fugaz al que no le puedes pedir un deseo como a una estrella porque se pasa tu momento. Ups! Se acabó el tiempo. Me siento y comienzo a leerlo. Escucho la televisión de fondo. Esas breves palabras impactan en mi como si de una bala se tratase, justo en el momento en que las noticias informan del golpe que un boxeador ha recibido causándole una muerte instantánea. Golpes. Muerte. Ausencia. Dolor. Incertidumbre. Miedo. Todo se agolpa tras leer esas palabras que me impiden respirar; "Hasta pronto" Firmado: La muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias.