Y llega el momento en que se me presenta un reto poético. Es otra manera de decir las cosas que encierra otro mundo musical, unas simetrías, rimas, métrica, un orden. Y con mi lema de caminante, camino hacia ese orden poético.
Un canto a la luna. Astro de belleza singular, que tantas noches ilumina los caminos misteriosos de la oscuridad, y te muestra un sendero hacia tus sueños. Y otro canto a la parte opuesta, a esa oscuridad que nos ofrece la noche y todos los secretos que podemos encontrar si nos adentramos en sus profundidades, si nos dejamos envolver y nos sumergimos en un gran sueño. Todo sucede en ese intervalo de tiempo lleno de incógnitas. La noche está ahí para regalarnos su refugio en ese espacio de tiempo oscuro que invita a la introspección, al sueño, y la luna, nos entrega su luz, como una indicación en un camino, una pequeña claridad dentro de esa inmensa oscuridad. Luna y noche, perfectamente compenetradas.
Caricia nocturna
Esa luz, tenue y brillante que desprendes
Acaricia la noche, y yo, sigo tu rastro
Alzo la mirada, te encuentro tras los árboles
Te observo, espléndida, cual bello astro
Suena una melodía, canción de cuna
Entre notas musicales, me impregno de ti
Ave nocturna, vuelas, inquieta luna
Me duermo con tu mirada, soy parte de ti
Mil formas adoptas, redonda, fina, creces, menguas,
Y siempre me acompañas, luna nueva, luna llena.
Los secretos de la noche
La noche, inexpugnable, ha dejado
caer el telón
La entrega pródiga de la obra de
hoy ha finalizado.
El último rayo de luz ha sido
sutilmente anihilado
Y la oscuridad, con sus suntuosos
pasos y tesón,
Me envuelve sutil en un
sempiterno abrazo,
Y en lógica ilación, caigo en una
seducción afable,
Sumergida en un ritual consagrado
e inescrutable,
Queda dibujada una efigie de un
solo trazo.
Noche oscura, con tus misteriosos
silencios, retos
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