sábado, 11 de marzo de 2017

Podria ser




Podría volver la mirada, esconder mis defectos en algún armario, los encerraría con llave, quizá, después, saldría a la calle con una sonrisa postiza, como demasiado perfecta, intentaría ser otra persona, caminaría orgullosa de mí misma, me sentaría en la terraza de un café, y observaría a la gente, tal vez te vería a ti, después de tanto tiempo, te reconocería y te dejaría pasar de largo, tú ya no me conocerías, me mirarías como si te recordara a alguien que formó parte de tu vida, pero lo descartarías en el momento de ver mi pelo alborotado, no sería capaz de llevar un corte así, pensarías, un estilo tan moderno, con lo que te costó convencerme de que  renunciara a mi larga melena en sustitución de una un poco más corta, con la misma simetría a cada lado, siempre cubriéndome los hombros, lo descartarías sólo con ver ese pelo corto, que cuelga más de un lado que de otro, y apenas roza el hombro un mechón que sale disparado mostrando una irregularidad imposible en mí, y pasarías de largo, yo pensaría, no, no es él, si yo no soy yo, él tampoco lo es, me convencería de ello a pesar de haberte reconocido, porque esos pantalones no, no pueden ser tuyos, que va, siempre llevabas traje chaqueta, elegante, por tu trabajo, pero también por ti, era eso o tu vestimenta deportiva y tus palos de golf, y llevas unos vaqueros rotos, me sorprendería que hubieras cambiado tanto, y volvería a casa, abriría el armario, sacaría los álbumes de fotos, buscaría todos los momentos que vivimos, tal vez, entre esos defectos que habría encerrado bajo llave, encontraría una foto donde estaríamos en algún lugar donde nunca estuvimos, porque cómo íbamos a estar ahí, tú con unos vaqueros rotos y yo con el pelo a lo loco, creería entonces que esos recuerdos han aparecido después, que la realidad ha cambiado tanto que ha modificado el pasado, y sabría entonces, sólo en ese instante, que te vi y te dejé ir otra vez, desde esa terraza, en ese café, donde yo no sería yo, ni tú, tú, entonces, cerraría el armario y esperaría encontrarte en otro momento, con el deseo de regresar nuevamente a este armario y encontrar entre nuestras fotos una, donde, tal vez, tú estarías con unos pantalones de lino, blancos, de esos que vimos en aquel viaje y que tanto me gustaron, y yo, con el pelo tintado de naranja y unas gafas de sol enormes de colorines, como esas que vimos un día, en un escaparate, y me sugeriste comprar, nunca lo hice, pero podría ser, que en un nuevo intento, esa foto llegue a nuestros recuerdos, podría por ejemplo empezar yo misma, saldría a comprar esas gafas, me tintaría el pelo naranja y entonces te vería, con esos pantalones blancos de lino pasar con una chica de pelo largo, simétrico, de esas que no renuncian fácilmente a su melena, y sucedería que, esa foto, quizá, sólo remotamente, ocurriría en algún otro universo, de alguna otra persona, que, posiblemente, no escondería nada bajo llave, quizá yo misma hace algún tiempo, podría ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias.